"¡La comadreja hizo plop! (Plop goes the weasel!)" es una caricatura de 1953 de la Warner Bros., protagonizada por el Gallo Claudio, el perro George y La Comadreja (en su primera aparición, de tres, en los cortos clásicos de la Warner).
El perro George tiene la tarea de proteger a varios polluelos para que no sean devorados por las comadrejas. Claudio, el supervisor del perro, le dice que está trabajando demasiado para proteger a las gallinas, pero le hace una broma a soltando a los polluelos al aire libre, lo que obliga al perro a recuperarlos. Mientras tanto, una comadreja ve a George cargando a todos los polluelos de regreso al corral y con ganas de comer a los polluelos, la comadreja se acerca al perro, que, con las manos ocupadas y crellendo que es Claudio quien está frente a el le entrega los polluelos a la comadreja, pero se da cuenta de su error y obliga a la comadreja a arrojar todos los polluelos al corral y después la echa de la granja. Claudio, para seguir molestando al perro, abre un agujero en la cerca y libera a un polluelo, George lo regresa al corral, pero Claudio se sale y le exige al perro que lo devuelva a donde pertenece, por lo que George obedece y lo regresa pero a través de un pequeño agujero. Claudio se da cuenta que la comadreja sigue rondando y la convence de que se olvide de los polluelos y que mejor se fije en una presa mayor, para una mejor cena y usando melaza y plumas sobre George, hace creer a la tonta comadreja de que es un gallo, quien se lleva al perro hacia su agujero e intenta desplumarlo para comerlo. George golpea a la comadreja y le hace saber que es un perro y que lo que necesita un pollo de verdad, por lo que los dos crean un plan para finalmente atrapar a Claudio, usado primero un mazo, con el que golpean la cabeza del gallo y ya atarantado por el golpe, lo hacen seguir una linea, pintada con un gis, hasta el agujero del la comadreja, donde esta comienza a prepararlo para comerselo. Claudio escapa, pero es seguido por la comadreja y George, solo se cubre las orejas para hacer caso omiso de los gritos de auxilio del Gallo.
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