"Hyde and Go Tweet", de 1960, es una caricatura de la Warner Bros., que tiene como protagonistas a Silvestre y Piolín. Yo me confieso adorador de las caricaturas clásicas de los Looney Tunes y a mi parecer esta es la mejor de las que protagonizan Silvestre y Piolín, y una de mis favoritas en general. El personaje del Piolín monstruo se me hace fascinante. Es además, una de las caricaturas más espeluznantes de los Looney Tunes.
Silvestre duerme plácidamente en la cornisa de un edificio, justo la que corresponde al laboratorio de el Dr. Jekill. El doctor entra en su laboratorio y va directamente a servirse el contenido de una botella que dice "Formula de Hyde", al instante de beberla, se convierte en un gran monstruo, que empieza a reír de forma loca y macabra. Silvetre es despertado por las risas, pero en el momento que voltea a ver por la ventana, el doctor vuelve a la normalidad y se va. Silvestre retoma su siesta en la cornisa, cuando es despertado por unas palomas que se paran en la cornisa cerca de el, trata de atraparlas, pero estas vuelan y el casi cae del edificio. Unos segundos mas tarde, un pequeño canario (Piolín), que le cuesta trabajo volar, llega, a duras penas, a la cornisa y al verlo, Silvestre piensa que será una pieza fácil de atrapar. Piolín corre por la cornisa y alcanza a meterse en el laboratorio y para esconderse del gato se mete en la botella de la fórmula de Hyde. Silvestre entra al laboratorio y comienza a buscar a Piolín, quien comienza a salir de la botella transformado en un enorme y monstruoso canario, con una risa maligna. Silvestre sigue buscando, cuando siente que alguien le toca el hombro y al voltear ve al gigantesco monstruo, lo que provoca que, del miedo, caiga en pedacitos, rearmándose nuevamente y huir a toda velocidad, antes de que el monstruo lo capture. Silvestre sale del laboratorio y llega al elevador del edificio y siguiéndole los talones va el monstruo, el elevador no abre, pero justo cuando se acerca a silvestre, el monstruo vuelve a tomar la forma de Piolín. Silvestre, al ver a Piolín comienza a perseguirlo y el canario vuelve a entrar al laboratorio y cierra la puerta, por lo que silvestre le ordena abrirla, como no lo hace entonces decide derribarla, pero cuando va a hacerlo aparece en la puerta el monstruoso canario y comienza a perseguirlo. Silvestre se mete a otro cuarto, seguido del monstruo, pero este vuelve a transformarse y ahora es Silvestre quien persigue a Piolón. Entran a otro cuarto y Piolín vuelve a transformarse y nuevamente, el monstruo persigue a silvestre. Otra vez, cuando el monstruo va a dar alcance al gato, este se transforma, así que Silvestre vuelve a perseguir a Piolín, quien abre una puerta, pero no pasa atravesar de ella, engañando al gato que la abre y pasa, sin ver que es un elevador descompuesto y cae al vacío. Silvestre sube las escaleras y cuando va subiendo aparece de nuevo el monstruo, quien lo persigue escaleras abajo y lo acorrala delante de una ventana abierta, Silvestre toma la decisión de saltar por ella, pero el monstruo salta tras el y comienza a volar, tomando a silvestre por la cola, tratando de llevárselo, sin embargo, en ese justo momento se vuelve a transformar, por lo que Piolín no aguanta el peso y lo deja caer. Silvestre se queda con unas plumas de Piolin y comienza a aletear, esto le ayuda a llegar al suelo sano y salvo y al voltear hacia arriba ve a Piolin cayendo, por lo cual lo espera con la boca abierta para comérselo, pero quien cae es el monstruo, que aplasta a silvestre y queda sobre de el, provocando que Silvestre comience a gritar que lo salven. El monstruo vuelve a transformarse, pero Silvestre sigue pidiendo auxilio, hasta que se da cuenta que es Piolín quien se encuentra sobre el y lo captura. Silvestre lleva a Piolín de regreso al laboratorio, cierra la puerta con llave, para evitar que salga Piolín y que entre el monstruo, y tira la lleve por la ventana. Comienza preparar un sándwich, poniendo a Piolín sobre una rebanada de pan y otra más sobre de el pone una taza sobre el sándwich, para que no escape su presa y mientras busca con que sazonarlo, Piolín vuelve a transformarse en el monstruo, que cuando Silvestre voltea a ver el sandwichera, se lo traga de un bocado. Silvestre sale como puede de la boca del monstruo y trata de salir por la puerta que el mismo cerró con llave sin poderlo hacer, comienza a pedir auxilio y el monstruo cada vez se acerca más a el. En el último momento, Silvestre despierta, todo había sido una pesadilla y justo cuando esto sucede, un pequeño canario (Piolín) llega apenas volando a la cornisa, como al inicio de su pesadilla, provocando que Silvestre se altere y huya pidiendo auxilio, e incluso, derribando una pared. Dos gatos que lo observan desde una azotea comentan entre ellos: "Es una perfecta demostración de un gato adulto con complejo de persecución", "Que vergüenza" y Piolín, que los escucha, termina diciendo: "Si, vergonzoso".
No cabe duda, mi caricatura favorita de Silvestre y Piolín, con un toque tenebroso y espeluznante, pero a la vez muy divertida.
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