"Un caso clínico (Sicque! Sicque! Sicque!)", es una caricatura de 1966, parte de la serie de DePatie-Freleng Enterprises, "El Inspector". Una excelente caricatura con cierto toque de misterio y horror, con el muy concurrido tema del Dr. Jekill y Mr. Hyde.
El inspector es llamado de emergencia a averiguar sobre las quejas de vecinos sobre un científico loco, que con sus experimentos estaba haciendo interferencia en los aparatos de televisión. llegan a una mansión tétrica y tenebrosa, donde es detenido el científico loco, el Sargento Dodó y el Inspector se ponen a hacer la investigación en toda la casa, una casa vieja y macabra. El Inspector le comenta a Dodó que en casi todas las casas de los científicos locos hay un monstruo escondido en alguna parte, lo que hace que Dodó se altere y se ponga nervioso y temeroso. Dodó le pregunta que como son los monstruos y el inspector comienza a hacer movimientos, muecas y gestos, que asustan más a Dodó y hacen que se quiera ir a su casa, pero el Inspector lo detiene y lo hace seguir investigando. De repente, el Sargento Dodó comienza a tener hipo y ardor de estómago y ve en una mesa, de un laboratorio, un matraz con un brebaje efervescente y creyendo que es agua mineral, que le ayudara con su problema, se lo bebe. Unos instantes después de beberlo le vuelve a dar hipo, pero esta vez se transforma en un horripilante monstruo de piel verde, gran cabeza y enormes colmillos. El Inspector lo llama, ya que cree haber encontrado un pasaje secreto, el Dodo-mondtruo se acerca a el, lo toma entre sus manos y lo estruja, dejándolo como una pelota que lanza con fuerza contra la pared, haciendo un hueco en ella, después se ríe y vuelve el hipo, provocando que vuelva a la normalidad. Dodó se acerca al agujero en la pared y pregunta al inspector si encontró el pasaje secreto, el inspetor sale de una puerta secreta detrás de un librero y dice 2Oui" (si, en francés). El ispector sigue sospechando que el Sargento y el no están solos esa vieja casona y cree que con seguridad hay alguien arriba, Dodó decide retirarse, pero el Inspector lo obliga a subir y buscar al monstruo. Al llegar al piso de arriba le vuelve el hipo y se convierte, nuevamente, en el monstruo, entra a una recámara y se ve en el espejo de un tocador, espantándose el mismo de su horrendo aspecto, después le vuelve el hipo y se vuelve a la normalidad y asustado baja las escaleras gritando que ha visto al monstruo. El inspector lo calma y le dice que si el monstruo está arriba es ahí donde lo quieren. El Inspector comienza a clavar tablas en el cuarto done Dodó vio al monstruo para dejarlo encerrado y mientras lo hace, le vuelve el hipo a Dodó, convirtiéndose en monstruo, el inspector voltea y lo ve y empieza a desclavar la puerta para huir por ella y una vez que entra al cuarto cierra la puerta y se recarga en ella para no dejar pasar al monstruo, sin embargo, este es tan fuerte que con un empujón tira la puerta y aplasta al Inspector y se pone a saltar sobre la puerta, hasta que regresa el hipo y vuelve a ser Dodó, quien comienza a buscar al Inspector, oye que tocan una puerta y levanta la que tiro el monstruo, para encontrarse con el Inspector, aplastado, hecho una calcomanía, que le pide cierre la puerta porque hace mucho viento y sale volando con el aire. El Inspector le da una pistola a Dodo y le dice que se esconda dentro de un armario y si ve al monstruo le dispare por la cerradura, Dodó le dice que le da mucho miedo estar solo, pero el Inspector le dice que estará al lado escondido en las cortinas. Le vuelve a dar hipo a Dodó y se transforma, abre la puerta y luego la avienta con fuerza, con la pistola puesta en el cerrojo, la cual se azota contra el Inspector y se dispara la pistola sobre el. Deciden buscar en el sótano, comienzan a bajar las escaleras, con pistola en mano y cierran la puerta, haciéndose una oscuridad total, se escucha que a Dodó le da hipo y se escuchan gruñidos, el Inspector busca como prender la luz y le dice a Dodó que dispare cuando vea al monstruo, encuentra el cable de encendió de la luz y al encenderse ve al monstruo que le dispara. El Inspector apaga la luz y cuando vuelve a encenderla está preparado para disparar al monstruo, pero este está ahora detras de el y le vuelve a disparar. El Inspector vuelve a apagar la luz, esta vez se oye el hipo de Dodó, el Inspector dispara en la oscuridad y cuando enciende la luz ve que a quien le ha disparado es al Sargento y no al monstruo, apaga nuevamente la luz, se oye otra vez el hipo y los gruñidos y cuando la enciende está frente a el el monstruo, la apaga y prende y aparece Dodo y la vuelve a apagar y prender y aparece el monstruo, por lo que desesperado y asustado emprende la huida, seguido por el Sargento Dodó que ha recobrado su forma y le grita que no lo deje solo con el monstruo, el Inspector toma su auto y escapa, Dódo sigue al auto, convirtiéndose y volviendo a la normalidad una y otra vez. Al final, de la mansión sale un monstruo, especie de Frankesntein pero miniatura, que dice: "Que bueno que esos dos policías loco se fueron, me estaban poniendo nervioso".
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